La metafísica aristotélica: la crítica de la Teoría de las Ideas
La metafísica aristotélica
Todos los hombres tienen por
naturaleza el deseo de saber. Con estas palabras se inicia el libro primero de
la Metafísica de Aristóteles. Ese deseo de saber culmina en la adquisición de
la sabiduría que consiste, para Aristóteles, en el conocimiento de las causas y
los principios del ser. Y ese conocimiento es el objeto de la metafísica, de la
ciencia de las primeras causas y principios del ser, el conocimiento del ser
"en cuanto ser", el conocimiento de la causa última de la naturaleza
y de la realidad.
La crítica de la Teoría de las Ideas
La metafísica aristotélica se elabora
en buena medida como reacción a la teoría de las Ideas de Platón. No parece que
Aristóteles haya manifestado ninguna oposición crítica a la teoría de las Ideas
durante su permanencia en la Academia. Todo indica, por el contrario, que las primeras
críticas a la teoría de las Ideas se elaboran luego de su abandono de la
Academia, cuando Aristóteles comienza a perfilar su propia filosofía. Hay que
recordar, sin embargo, que ya Platón había criticado la teoría de las Ideas en
el Parménides, y que probablemente la teoría de las Ideas había sido objeto de
numerosas controversias en la Academia. No tiene sentido, pues, buscar en la
crítica aristotélica a la teoría de las Ideas ningún tipo de razón personal que
pudiera haber enfrentado a Aristóteles con Platón, sino, como el mismo
Aristóteles nos dice en la "Metafísica", la simple búsqueda de la
verdad.
Aristóteles estará de acuerdo con
Platón en que hay un elemento común entre todos los objetos de la misma clase,
el universal, la Idea, que es la causa de que apliquemos la misma denominación
a todos los objetos del mismo género; admitirá, por lo tanto, que ese universal
es real, pero no que tenga existencia independiente de las cosas, es decir, que
sea subsistente. La teoría de las Ideas, por lo demás , al dotar de realidad
subsistente al universal, a la Idea , duplica sin motivo el mundo de las cosas
visibles, estableciendo un mundo paralelo que necesitaría a su vez de
explicación.
Tampoco es capaz de explicar el
movimiento de las cosas, que era uno de los motivos de su formulación;
(recordemos que, al igual que los pluralistas intentaban con su propuesta
explicar la permanencia y el cambio, la teoría de las Ideas se propone con la
misma finalidad); ahora bien, esta teoría no ofrece ningún elemento para
explicar el movimiento, el cambio, ya que siendo las Ideas inmóviles e
inmutables, si las cosas son una imitación de las ideas habrían de ser también
inmóviles e inmutables; pero si cambian ¿de dónde procede ese cambio?.
("Metafísica", libro 1,7) .
Aristóteles considera que la teoría
de las Ideas es imposible, ya que establece una separación entre el mundo
visible y el mundo inteligible, es decir, entre la sustancia y aquello por lo
que una sustancia es, su forma o esencia. Las Ideas, en efecto, representan la
esencia de las cosas, es decir, aquello por lo que las cosas son lo que son.
¿Cómo es posible que aquello por lo que algo es lo que es no resida en el
objeto, sino fuera de él? ¿Cómo es posible que aquello que hace que el hombre
sea hombre, su esencia, la Idea de hombre, no resida en el hombre, sino que
exista independientemente de él? Las formulaciones de Platón para tratar de
explicar la relación entre las Ideas y las cosas, las teorías de la
participación y la imitación, por lo demás, lejos de explicar dicha relación no
son más que metáforas.
Ya el mismo Platón había criticado
dichas teorías en el Parménides; Aristóteles insistirá en sus carencias con el
argumento del "tercer hombre": si el hombre es el resultado de la
imitación de la Idea de hombre, y tal Idea es entendida como una entidad de
carácter individual, ¿A qué otra realidad imita la Idea de hombre? Debe existir
un tercer modelo de hombre para explicar la similitud entre el hombre concreto
y la Idea de hombre, del mismo modo que se postula la Idea de hombre para
explicar la similitud entre los hombres concretos. De ese modo encadenaríamos
hasta el infinito la exigencia de un modelo del modelo, lo que nos llevaría al
absurdo. Por otra parte, las cosas no pueden provenir de las Ideas; sin embargo,
es esa una afirmación crucial de la teoría de las Ideas, al concebir que las
Ideas son causa de las cosas; no obstante, es el mismo Platón en el Timeo quien
explica que las ideas son sólo el modelo en el que se inspira el Demiurgo para
modelar las cosas, es decir, las causas ejemplares de las cosas, pero no sus
causas eficientes. ("Metafísica", libro 1,7).
En esta crítica aristotélica a la
teoría de las Ideas se vislumbran ya los fundamentos de su propia metafísica:
ante la imposibilidad de que las Ideas expliquen coherentemente la causa de lo
real propondrá la teoría de las cuatro causas del ser; y ante la irrealidad de
las Ideas, propondrá su teoría de la sustancia. La inconsistencia de la
explicación platónica del cambio, por lo demás, le llevará a proponer la
distinción entre ser en acto y ser en potencia.
ACTIVIDAD
Realiza un ensayo sobre lo que
piensas acerca de la crítica de la teoría de las ideas. ¿estas de acuerdo?
justifica la respuesta
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